Un penetrante viento sopla sobre el salvaje paisaje caracterizado por los pantanos altos, escarpadas rocas, bosques oscuros y prados verdes. Aquí, en la meseta de La Tourbière, en pleno macizo del Jura, se encuentra el lugar de origen del queso Jura Montagne. 

Su secreto: le intensa y aromática leche producida en la montaña. Allí donde los helados inviernos son largos y lo cubren todo de nieve, es también donde la hierba crece luego más verdes y resistente. En la actualidad, nuestros queseros siguen trabajando a mano la leche natural de vacas alimentadas únicamente con la hierba y el heno de los pastos montañosos, para así conseguir el mejor Jura Montagne.

Gracias a la calma y los cuidados recibidos durante la maduración en nuestras bodegas, de seis a diez meses, se desarrolla el sabor intenso y salvaje que hace único a este queso: un trozo de la naturaleza misma en toda su perfección.